Continúa la devastación de Sisal.

2025-05-03
Ayuntamiento de Hunucmá promete lotes de 8x20 a quienes “limpien” terreno de 10 hectáreas.
Slide 1

Pobladores de Sisal retan a las autoridades estatales y federales al continuar con la deforestación de la duna costera de la calle 21 poniente, entre el Centro de Salud y el muelle del puerto, pues con “la limpieza” del lugar, con una extensión de 10 hectáreas, pretenden obtener títulos de propiedad otorgados por el Ayuntamiento de Hunucmá, y cada terreno tendría un valor superior a un millón de pesos.

La situación se complica aún más, pues en el transcurso de esta semana acudieron topógrafos para fraccionar el lugar, e incluso delimitar una calle, afectando predios particulares, denunciaron los afectados.

Desafortunadamente, la vegetación deforestada es tirada en terrenos baldíos, cerca de la ciénega, a menos de 10 metros del área de alimentación de los flamencos, afectando también a los cocodrilos y a las mojarras de agua dulce, entre otras especies.

En el área dañada hay cerca de 40 pobladores “encantados por el canto de las sirenas”, aseveraron los afectados, ya que la comuna, emanada del Partido Acción Nacional (PAN) prometió lotes de ocho por 20 metros a quienes “limpien” el sitio, por lo que han arrancado diversas especies de flora, como la uva de playa y cocotero, dañando el hábitat de numerosas especies de animales, entre ellas, la zona de anidación de la tortuga marina.

De tal manera, al quitar toda evidencia de vegetación, el Ayuntamiento de Hunucmá podrá hacer el cambio de uso de suelo, otorgando escrituras de propiedad del terreno deforestado, cuya fracción tiene un valor de un millón 200 mil pesos.

Los habitantes que reprueban la deforestación señalaron que elementos de la Guardia Nacional ya platicaron con los deforestadores, pero se niegan a abandonar su ilícita actividad, pues están envalentonados además, afirman que cuentan con el apoyo de la alcaldesa Cristina Pérez Bojórquez, así como de los dos comisarios, tal el caso de Irineo Novelo Esquivel.

Sisal, comisaría portuaria de Hunucmá es una “bomba de tiempo”, cuya mecha fue encendida durante la administración de Mauricio Vila Dosal, ya que su designación como “Pueblo Mágico” atrajo a más inmobiliarias.

El pasado 11 de marzo, en Sisal, se registraron al menos dos enfrentamientos entre los pobladores y los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) ante la venta de terrenos a extranjeros y daños al medio ambiente ante la deforestación del manglar.

Dos días después, tras la deforestación de 23 mil metros cuadrados de terreno federal en Sisal, la titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alicia Bárcena Ibarra, afirmó que la Fiscalía General de la República (FGR) perseguirá y encarcelará a los responsables, ya que la destrucción de los manglares es un delito federal.

Incluso, el gobernador Joaquín Díaz Mena aseguró que los agitadores estaban bien identificados, y agregó que siempre que les asignaban terrenos, los beneficiarios los vendían al mejor postor.

La devastación inició a principio de año, bajo el argumento de que sus hijos no tenían terrenos donde vivir, por lo que se les asignó un área para construir sus respectivas casas, y a pesar de ellos, continúa la deforestación del lugar.

El pasado 13 de marzo, autoridades estatales, federales y municipales se reunieron con habitantes de Sisal, con quienes acordaron detener toda actividad que afecte los manglares y mantener abiertos los canales de diálogo para encontrar soluciones que garanticen el bienestar de la población, el respeto al medio ambiente y el desarrollo sostenible de la comunidad.

Sin embargo, hacen caso omiso a los acuerdos establecidos y la deforestación continúa, y a pesar del daño, no hay una nueva intervención por parte de las autoridades estatales ni federales.

Tanto los pobladores como los dueños de predios veraniegos piden al gobernador Joaquín Díaz Mena, así como a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que garanticen la estabilidad y pasividad del puerto así como la detención de dicha deforestación.